¿CÓMO ELEGIR EL MEJOR PIENSO PARA MI PERRO?

En la entrada anterior hablamos de los tipos de comida que hay, si sois de los que habéis decidido que el pienso seco es lo que mejor se adapta a la vida que lleváis con vuestros compañeros de 4 patas y tenéis algunas dudas de cuál es el pienso ideal, qué componentes son los mejores y tenéis peleas con las dichosas etiquetas, hoy vamos a facilitar un poco este tema.

¿Qué debe contener el alimento de tu perro?

Para cubrir las necesidades nutricionales de tu mascota, un buen alimento concentrado debe estar compuesto por proteínas, grasas, hidratos de carbono y fibra.

Sin importar si es cachorro, adulto o sénior, todos los perros necesitan proteínas para preservar su estructura corporal, el funcionamiento de su organismo y su sistema inmunológico. Para lograrlo, necesitan 22 aminoácidos (los compuestos orgánicos que forman las proteínas), de los cuales solo pueden sintetizar 12 de ellos. Los demás deberán obtenerlos a través de la alimentación. Estos aminoácidos esenciales son la arginina, histidina, isoleucina, leucina, lisina, treonina, fenilalanina, triptógano, valina y metionina.

De aquí que la calidad de la proteína sea un punto clave a la hora de elegir un pienso, ya que no todas contienen los mismos niveles de aminoácidos utilizables por nuestras mascotas, lo que se le asigna el nombre de “valor biológico”. Al ser el perro un carnívoro las proteínas con mayor valor biológico para estos son las de origen animal.

Por eso, no solo importan los altos porcentajes de proteínas sino por la calidad de estas, ya que si son de mala calidad no se podrán utilizar igualmente. Existen concentrados que, aunque están abarrotados de subproductos de mataderos, su valor biológico es escaso.

Por su parte, entre las mayores funciones de los hidratos de carbono y las grasas está el convertirse en suministro de energía. Siendo las grasas las que más energía aportan, superando hasta cinco veces a los carbohidratos y las proteínas. Además, estas proveen los ácidos grasos Omega –los que provocan que el pelaje y piel de tu mascota luzcan saludables–, ayudan a transportar vitaminas liposolubles y mejoran la palatabilidad del alimento, ya que suelen tener el buen sabor que hace que los perros les guste su comida.

¿Y qué no debe contener?

Ya sabiendo que la ingesta de tu mascota debe estar compuesta en su mayoría por proteína de calidad, lo siguiente será saber identificar qué productos alimenticios no aportan los valores nutricionales necesarios para él.

Los cereales son una gran fuente de energía y de fibra, sin embargo, hay que vigilar que la cantidad de cereales no superen la cantidad de productos de origen animal, algo muy común en las versiones económicas que se encuentran en el mercado. Además son unos de los principales causantes de las intolerancias alimentaria que pueden generar problemas en la piel o gastrointestinales, otitis y mal olor corporal, entre otros, siendo los menos alergénicos el arroz y el maíz en ese orden.

Tampoco son recomendables los alimentos creados con subproductos, ya que estos consisten en los desechos de las plantas procesadoras de alimentos, hueso, plumas, etc. Mejor elegir concentrados que están producidos con productos aptos para consumo humano.

Los conservantes químicos a la larga podrían tener consecuencias tóxicas; por ello su conservación debe ser en una mezcla de tocoferoles, una familia de compuestos orgánicos que tienen la propiedad de proteger los ácidos grasos. También debe evitarse los alimentos que poseen saborizantes y colorantes.

Leer las etiquetas

Saber cuáles son los ingredientes que debe tener el alimento de tu perro no es suficiente. También debes saber interpretar con certeza las etiquetas porque solo así sabrás su contenido nutricional y cuál es el de mejor calidad para las necesidades de tu perro.

En ellas, deberás encontrar el mínimo de proteína cruda, la grasa cruda máxima, la fibra bruta máxima y la humedad máxima; así como el orden de los ingredientes según la cantidad que poseen de cada uno. Es decir, los primeros de la lista significan que tienen mayor presencia que los que le siguen. Por ejemplo, si el primer ingrediente que aparece es maíz, quiere decir que el pienso lo que más tiene es maíz y no fuente de proteínas animales.

Pero no siempre es así. Hay marcas que comienzan sus listas con proteínas como su primer ingrediente, pero le siguen tres productos distintos de un mismo cereal. Esa es una forma de ocultar que el ingrediente principal, realmente, es el cereal y no la carne como tal.

Otro truco para determinar cuáles son los ingredientes principales del alimento es buscar la primera fuente de grasa en la lista. Los productos que lo anteceden en ella, usualmente son la base del concentrado.

Las proteínas normalmente equivalen entre el 25 y 30% de producto, aunque actualmente existen nuevas líneas cuyo porcentaje de proteína puede alcanzar hasta el 70% porque carecen de cereales, buscando así asimilarse lo más posible a lo que sería su dieta “salvaje”.

Tu mascota manda

Conocer bien a tu perro y saber cuáles son sus necesidades serán tu mejor guía al momento de escoger su alimentación.

Así como no todas las personas metabolizan de la misma forma las comidas, los perros tampoco. Entonces, dependiendo de su organismo, edad o nivel de actividad, su ingesta variará ya que esto puede modificar la cantidad de calorías que necesita. Un perro sobrealimentado, podría convertir esta energía extra en grasa, lo que le causaría obesidad y sus posibles consecuencias: enfermedades cardiovasculares, respiratorias y esqueléticas.

Si tu mascota es cachorro, sus necesidades nutricionales son muchísimo más elevadas que en cualquier otra etapa de su vida, puesto que en este momento están creando, como tal, las bases de su cuerpo: el crecimiento de los huesos, el desarrollo de los músculos, órganos, sistema inmunológico y desarrollo cognitivo. En la mayoría de los perros, la etapa cachorra dura solamente el primer año de vida, aunque en los de raza grande esta puede durar hasta dos años. Durante este momento, su alimentación deberá contener altos contenidos de proteínas, calcio, fósforo, vitamina D, ácidos grasos omega y demás nutrientes.

Ya llegados a la etapa adulta, su ingesta deberá ser la adecuada para mantener un estado físico saludable, lo que podrá cambiar según la actividad física de la mascota y condiciones añadidas, como enfermedades o intolerancias específicas. En general, su alimentación debe ser completa y balanceada, que no lo hagan variar bruscamente de peso. Para saber si está en su peso ideal, debes poder apreciar su cintura y palpar las costillas con facilidad, que solo estén cubiertas con una ligera capa de grasa.

Los perros de alto rendimiento físico (como los que se dedican a la caza, rescate, pruebas de agilidad o trineo) necesitan nutrirse más que un perro promedio de casa, con alimentos que contengan hasta 30% de proteínas, casi 2000 calorías digeribles por kilo y 20% de grasa mínima y con mayores porciones de comidas al día. En estos casos, lo mejor es consultar con el veterinario si ciertamente es una mascota de alto rendimiento físico y cómo debería programarse su alimentación para suplir sus necesidades.

Opuestos a estos, están los perros inactivos o hacen poco ejercicio necesitan que sus alimentos no contengan tantas calorías para evitar los riesgos de obesidad y enfermedades. Se debe reducir la cantidad de golosinas y si tenemos sobrepeso buscar un concentrado bajo en calorías.

Ya pasados los cinco o siete años de edad, dependiendo de la raza, los caninos entran a una edad avanzada o sénior, en la que su alimentación también deberá cambiar para garantizarle una mejor calidad de vida, proporcionándole ayuda para mantener el peso, mantener sus articulaciones, la función digestiva y cognitiva.

Además de la edad y la actividad, el tamaño también es un aspecto fundamental para elegir el alimento. Los pequeños y toys, por ejemplo, tienen el metabolismo más rápido, por lo que queman mucha más energía a una mayor velocidad. Dependiendo de su actividad diaria, estos pueden necesitar hasta el doble de calorías diarias que otros tipos de razas más grandes. Es por eso que la alimentación destinada a razas pequeñas tiene proteínas adicionales, son ricas en grasas y vienen en una presentación adecuada para facilitar su masticación.

Las razas grandes, por su parte, tienen el metabolismo más lento. Pero, por su tamaño, su apetito es mucho más grande. Su contenido es menor en grasas aunque con grandes concentraciones de proteínas y su presentación es más robusta para que el animal se anime a masticar en vez de tragarse la comida.

Cualquier duda en la alimentación de su perro acuda a su veterinario, estaremos encantados de ayudaros a que el cuidado de su mascota se convierta en algo sencillo.

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Friday, Oct 20

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